Actualidad

viernes, 20 de mayo de 2011

“Un hornadito completo seño"


Los rayos de sol penetran las nubes dispersas en el cielo e iluminan los techos de las casas de la capital. Las calles parecen estar inundadas de carros que circulan a pasos de tortuga, mientras que en las veredas las personas caminan apresuradas y enrojecidas por el calor. Ellos son algunos de los ecuatorianos que asistirían a una de las 29 000 juntas electorales en el país para realizar las votaciones por el sí o el no en la Consulta Popular 2011 según el CNE.
María Rosa Yuqui, vendedora de comidas típicas, revuelve la olla llena de hornado con la que esta mañana de votaciones “intentaría conseguir ganancias”. A sus costados, otros siete vendedores  de comida esperan ansiosos en sus puestos para servir a la “damita” y al “caballero” un plato de hornado con tortillas de papas, fritada, mote con chicharrón, papas con cuero, cevichocho, espumilla, maduro asado, mango con sal o una funda de algodón de azúcar.
Por tres dólares, María Rosa realiza otra venta de un ‘combo completo’. “Vine a las siete de la mañana porque hay que aprovechar el día que se vende bien”, comenta mientras sirve el plato. Ella explica que debía votar en Salcedo pero prefirió quedarse en Quito y no votar para no perder las ventas como lo hicieron muchas de sus compañeras.  
Yessenia Marrasquín, vendedora de cevichochos, es una de ellas. “Tengo cuatro hijos que necesitan comer porque de nada les sirve que vote y no venda”, explica. Yessenia y sus compañeras que también son vendedoras, no sufragarían ese día porque muchas de ellas “no entienden las preguntas” o simplemente: “no les importa”.    
A la voz de “venga venga que sí hay el hornado calientito”, las cansadas vendedoras llaman a sus clientes mientras frente a sus puestos se acomodan las personas que esperan degustar las “delicias” que cada año se ofrecen frente a los recintos de votación. El ambiente huele a las mezcla de alimentos, a una combinación de aceite, refrito y sudor que se opacan con el humo de los carros.  
La tarde va cayendo y el brillante sol empieza a desvanecerse por lo que María ya no tiene que mantener los ojos entreabiertos. Se lleva a la boca un pedazo de tortilla de papas con los dedos que luego se limpia en su blanco delantal mientras observa un periódico en el que se titula: “Hoy se define la consulta popular”.    
Las personas han empezado a retirarse y las calles comienzan a tonarse desoladas. Otros vendedores ya han cerrado sus puestos de venta y han guardado la comida que les sobró en tarrinas o fundas. María y  su esposo permanecerán frente al “pensionado Borja 3” hasta “más tarde” cuando se enteren de los resultados finales de las votaciones.  El ambiente se ha viciado de incertidumbre y soledad. “El país está esperando los resultados para ver si se puede reír o llorar, en cambio a mí, solo me importan los resultados por mis hijos”, comenta María Rosa mientras el sol se esconde tras el Pichincha.  
Carla López Oviedo

viernes, 13 de mayo de 2011

Los ecuatorianos tienen la última palabra


Con el 70% de las actas escrutadas, el Sí gana  de manera débil en las diez preguntas propuestas por el Presidente en la Consulta Popular realizada el pasado 7 de mayo.

En la noche del sábado, las autoridades oficialistas festejaban el triunfo “arrasador” del SI. La encuestadora de Santiago Pérez, arrojaba las primeras cifras, dándole el mayor porcentaje al voto afirmativo, situación que resultó no ser precisa y que fue derrumbada por los datos proporcionados por el CNE tomados del conteo rápido.  Según esta Institución, hasta el momento, el No gana en 11 de 24 provincias del país.

El proceso electoral dio inicio con la sesión solemne a las 6h30 y contó con la presencia del Primer Mandatario y del presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Omar Simon
Desde las 07h00 hasta las 17h00 estuvieron abiertas las juntas receptoras del voto a las cuales debieron acudir obligatoriamente los ciudadanos mayores de 18 años. Sin embargo, las personas de 16 y 17 años, las mayores a 65, los militares y policías podían hacer uso del voto facultativo, es decir, ellos tenían la opción de votar o no, sin ser multados.
En esta ocasión fueron propuestas 10 preguntas que abarcaban temas de administración de la justicia, enriquecimiento ilícito, regulación a los medios de comunicación, prohibición de casinos y muerte de animales en espectáculos públicos, entre otros.
Miles de ecuatorianos alrededor del mundo sufragaron también en sus países de residencia. Junto a ellos cientos de historias sucedieron con motivo de esta jornada electoral.

Resultados oficiales de las preguntas de la consulta popular, según el Concejo Nacional Electoral (CNE).


Pregunta 1
¿Está usted de acuerdo en enmendar el numeral 9 del artículo 77 de la Constitución de la República, incorporando un inciso que impida la caducidad de la prisión preventiva cuando esta ha sido provocada por la persona procesada y que permita sancionar las trabas irrazonables en Ia administración de justicia por parte de juezas, jueces, fiscales, peritos o servidores de órganos auxiliares de la función judicial, como se establece en el anexo 1?


Pregunta 2
¿Está usted de acuerdo que las medidas sustitutivas a la privación de la libertad se apliquen bajo las condiciones y requisitos establecidos en la ley, ENMENDANDO LA CONSTITUCIÓN DE ACUERDO AL ANEXO 2? 
 
Pregunta 3
¿Está usted de acuerdo con prohibir que las instituciones del sistema financiero privado, así como las empresas de comunicación privadas, de carácter nacional, sus directores y principales accionistas, sean dueños o tengan participación accionaria fuera del ámbito financiero o comunicacional, respectivamente, ENMENDANDO LA CONSTITUCIÓN COMO LO ESTABLECE EL ANEXO 3?





Pregunta 4
¿Está usted de acuerdo en sustituir el actual Pleno del Consejo de la Judicatura por un Consejo de la Judicatura de Transición, conformado por tres miembros designados, uno por la Función Ejecutiva, uno por la Función Legislativa y uno por la Función de Transparencia y Control Social, para que en el plazo improrrogable de 18 meses, ejerza las competencias del Consejo de Ia Judicatura y reestructure la Función Judicial, enmendando la Constitución como lo establece el anexo 4? 




Pregunta 5
¿Está usted de acuerdo en modificar la composición del Consejo de la Judicatura, enmendando la Constitución y reformando el Código Orgánico de la Función Judicial, como lo establece el anexo 5? 




Pregunta 6
¿Está usted de acuerdo que la Asamblea Nacional, sin dilaciones, dentro del plazo establecido en la Ley Orgánica de la Función Legislativa, a partir de la publicación de los resultados del plebiscito, tipifique en el Código Penal, como un delito autónomo, el enriquecimiento privado no justificado? 




Pregunta 7
¿Está usted de acuerdo que en el país se prohíban los negocios dedicados a juegos de azar, tales como casinos y salas de juego? 




Pregunta 8: No aplica a nivel nacional, (esta pregunta es de carácter cantonal).
¿Está usted de acuerdo que en el cantón de su domicilio se prohíban los espectáculos que tengan como finalidad dar muerte al animal? 


Pregunta 9
¿Está usted de acuerdo que la Asamblea Nacional, sin dilaciones, dentro del plazo establecido en la Ley Orgánica de la Función Legislativa, expida una Ley de Comunicación que cree un Consejo de Regulación que regule la difusión de contenidos en la televisión, radio y publicaciones de prensa escrita que contengan mensajes de violencia, explícitamente sexuales o discriminatorios, y que establezca criterios de responsabilidad ulterior de los comunicadores o los medios emisores? 




Pregunta 10
¿Está usted de acuerdo que la Asamblea Nacional, sin dilaciones, dentro del plazo establecido en la Ley Orgánica de la Función Legislativa, a partir de la publicación de los resultados del plebiscito, tipifique como infracción penal la no afiliación al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social de los trabajadores en relación de dependencia?

 

"Si por un patria nueva"



“Mi hija es el ejemplo para todos los jóvenes ecuatorianos menores de 18 años que quieran votar”, dice el presidente Rafael Correa, después de depositar su voto en la junta 53 a favor de la Consulta Popular. La mañana está soleada en el colegio María Eufrasia, al norte de la capital. La gente vota por el Sí o por el No. Son las 07h45, tres autos negros 4x4 se estacionan a las afueras del recinto electoral. Un grupo de guardaespaldas protegen al presidente.

Vestido con un terno negro, camisa blanca y corbata verde, Correa, lleno de confianza camina a la mesa junto a su hija Sofía, de 17 años. Muchos los ven, no saben qué decir, algunos los miran con odio y otros, con los ojos llenos de lágrimas.

Los medios de comunicación se tratan de acercar, pero un cordón de policías y militares les impiden el paso. El Primer Mandatario va a sufragar. Faltan 5 minutos para las 08h00.

Al llegar a la junta, todos los periodistas están atentos de cómo Pablo Narváez, presidente de mesa, le entrega la papeleta de la Consulta. “No se demoró ni un solo minuto”, se escucha la voz de Ana María Cañizares, reportera de Teleamazonas. Deposita su voto en la urna con una sonrisa y asegura que el Sí ganará.
Sofía lo espera, entonces Correa la toma de la mano y se dirigen a la junta 59 de mujeres. Para ella es la primera vez que sufraga, su voto es facultativo.

El sol se hace cada vez más intenso. “Necesito hacerle una entrevista al presidente”, dice el reportero de Ecuavisa, Álex Cevallos, tras la prohibición de Correa de que ningún medio privado le pueda sacar una entrevista.

Asimismo, muchos curiosos quieren ver como sufraga el presidente y su hija mayor. El sol es muy fuerte, por eso, muchas personas se esconden en las sombras. En ese momento, el recinto electoral se llena de personas pese a que muchas de ellas no votan ahí.

“¡A ver venga a plastificar sus papeletas de votación, el Presidente ya lo hizo, solo a 25 centavos!”, grita Ángel Tomalá después de que Correa, su hija y todos los simpatizantes del gobierno se fueron del complejo electoral.

Daniel Ávalos

“Papi no nos vayamos hasta que no le veamos”


El sábado 07 de mayo, alrededor de las 10:00, el Vicepresidente de la República, Lenin Moreno Garcés, se presentó a sufragar en el colegio Borja 3.

“Gracias señor Vicepresidente por hacer tanto por los discapacitados del país”, gritó Luis Cabrera, de 54 años, ciudadano no vidente, justo en el momento de salida del segundo mandatario. Cabrera perdió la visión hace 8 años a causa de un accidente laboral. Admite que desde que Moreno está a la cabeza de las campañas para discapacitados la vida de muchas personas, entre ellas las de él han dado un giro positivo. Su esposa Susana Armijos, de 51 años, acompaño a Luis a conocer al vicepresidente.

Minutos antes de la llegada de Moreno, todo el recinto electoral tuvo un fuerte resguardo policial y militar, además de un helicóptero que sobrevolaba el área. Varios medios de comunicación cubrieron el acontecimiento. Los reporteros, camarógrafos, fotógrafos, entre otros quemaban tiempo compartieron anécdotas acerca de la jornada. Para luego ubicarse en sitios estratégicos para tener una mejor cobertura.

Dentro del cordón militar alrededor de la junta 60, en la cual votaba Moreno, se encontraba Marco Coronel, militar de la Fuerza Terrestre. El inició su jornada a las 04:00, un encebollado fue su desayuno. Coronel, dijo que solo quería que el Vicepresidente sufrague rápido “quiero irme rápido a mi casa”. Por otra parte, el militar pretendía votar en horas de la tarde en el cantón Machachi, pero agregó que dependía de cómo trascurra el día. Porque si se encontraba ocupado le tocaría votar donde “le coja la labor”.

Entre los presentes estaba María José Moran, de 10 años, quien junto a su hermana menor y su padre esperaban ver a Moreno. “Papi no nos vayamos hasta que no le veamos” decía la niña. Al igual que ellas unas 20 personas se acercaron a la mesa para aplaudir o ver al mandatario justo en el momento en el que el mandatario depositaba su voto a favor del Sí, en apoyo a la consulta popular convocada por el Presidente  Rafael Correa.

Claudia Cordovez

“Todos votemos no a la Consulta Popular”



“Quienes votamos NO, unámonos y luchemos juntos para ganar las próximas elecciones y restaurar la paz, alegría y respeto en los ecuatorianos”, dijo Lucio Gutiérrez, líder del Partido Sociedad Patriótica (PSP), al votar el pasado sábado en la Consulta Popular. El colegio 24 de Mayo, ubicado al norte de Quito, fue su recinto electoral.

En los exteriores de esta institución se podían percibir los olores del hornado, la fritada y el menudo que eran los platos más vendidos. Quienes ofrecían juguetes, películas y cd’s atraían a los niños y adolescentes que acompañaban a sus padres.

“Plastificamos las papeletas de votación a 25 centavos”, decían las personas que, después de haber votado, colocaron su negocio a la salida del Colegio.

A su llegada, Gutiérrez fue recibido entre silbidos y gritos. "Con Lucio estábamos mejor", era la frase más escuchada.  Otros lo recibieron con insultos: “ahí bien el narizón y cachetón”.
Matías, de 12 años, preguntó a su padre quién era la persona a quien aplaudieron e insultaron. Su padre, alzando la voz y tratando de que los demás lo escuchen, respondió “es uno de los ex presidentes ladrones del Ecuador”.

Lucio Gutiérrez, junto a sus acompañantes y guardaespaldas, se dirigió a la mesa electoral número 88. Durante su recorrido hacia el segundo piso, periodistas y fotógrafos de diversos medios de comunicación lo siguieron. “Deseo una fiesta democrática, trasparente y que el Consejo Electoral respete la voluntad del pueblo”, dijo.
Varios de los aplausos se transformaron en gritos cuando Gutiérrez entró a la junta sin respetar la fila. Las cinco personas que esperaban su turno gritaban en su contra.

Al salir mencionó: “Invito al pueblo ecuatoriano a que acuda a votar con entusiasmo, con alegría y que decidan su voto pensando en el país y en nuestros hijos, el mejor regalo para el Día de la Madre y especialmente, la madre patria es votar NO y mil veces NO, este 7 de mayo”.

Luis Ordóñez.

Barrera dice "Sí" a la consulta popular



Augusto Barrera acudió a las 11:15 para ejercer el derecho al voto, en la mesa 9 de la escuela Espejo de varones, ubicada en la parroquia de Santa Prisca Quito.

Llegó apresurado y sonriente. Amable con sus simpatizantes. Estrechando manos. Agradeciendo el apoyo recibido. Entró y saludó cordialmente a los jefes de mesa mientras en fondo se escuchaban gritos que decían "ya llegó el Alcalde de Quito". Tomó la papeleta y se dirigió a marcarla sin timidez alguna, para luego echarla en la urna. Una voz decía “enséñenos la papeleta señor Alcalde”, soltando una carcajada respondió “el voto es secreto”, se acercó a firmar y salió.

“Increíble que no se haya publicado pero hace cuatro semanas se dictaminó que la Feria de Quito Jesús del Gran Poder no se cancelará, así gane el "Sí", decía el Alcalde al responder sobre la pregunta número ocho de la consulta. “No estamos imponiendo, estamos preguntando a la gente cuál es su opinión”, afirmó.

Al terminar de responder las preguntas efectuadas, por reporteros se retiró a esperar los resultados con otros miembros de su partido (Alianza Pais). Unos los veían con simpatía y otros como Alicia Arguello decía “que deje la política y se preocupe de las calles de Quito”.

Su partida fue breve, casi nadie lo notó al salir, todo retornó a la normalidad, los medios salieron del recinto y el pueblo quiteño continuó con su derecho democrático.

Alexandra Montero M.

Tibán sufragó "10 veces NO"



Entre una ligera llovizna y un sol oculto, la asambleísta de Pachakutik, Lourdes Tibán, comenzó su recorrido por los diferentes recintos electorales, a las 09h00 en la parroquia Zumbahua. Iba acompañada de su esposo Raúl Ilaquiche y varios de sus coidearios.

Fue una mañana agitada para la legisladora, quien después de recorrer varios recintos, se dirigió a un debate con el asambleísta de gobierno Fernando Cáceres.

Era el mediodía y ‘Lulú’, como la llaman sus amigos, recibió una llamada que la descontroló, uno de sus colegas le informó que existían anomalías en el proceso electoral. Pues le adelantaron que el Exit Poll daba el triunfo al Gobierno con el 61%. Enseguida frunció su rostro.“Tenemos que denunciar eso”, afirmó la legisladora, quien tenía dos celulares en sus manos que sonaban constantemente con mensajes y llamadas telefónicas.

Eran las 14h00, acompañada de sus simpatizantes, encabezó una caravana de 10 carros, y se dirigió a sufragar en Mulalillo, a 15 minutos de Salcedo, en la escuela Luis A Martínez.

En el camino sonó su celular, preocupada preguntaba a todos “¿Qué ha pasado, cómo vamos?”. Mientras su esposo conducía rápidamente, ella le solicitó que pare en los helados de Salcedo, para brindar a todos quienes la acompañaban. A lo largo del trayecto más simpatizantes se unieron a la caravana.

Su madre y su hermana, junto a muchos de sus seguidores, la esperaban afuera de la iglesia de Mulalillo. Tibán, sonreída saludó a todos. Inmediatamente encabezó el grupo y se dirigió a sufragar. Se detuvo a saludar con sus compadres y las vendedoras de comidas. Ingresó al recinto en medio de aplausos.

Muy amable  ‘Lulú’ saludó con la directiva de la mesa electoral, preguntó si le permitirían ayudarle a votar a su hermana pues es una persona con discapacidad. Acto seguido tomó su papeleta, y en menos de un minuto la mostró a la prensa : “mí voto fue 10 veces NO”, dobló el papel y lo introdujo en la urna.

Sus acompañantes la aplaudieron y rápidamente fue a la sede de su movimiento donde esperaría los resultados.

María del Carmen Granja.

“No hemos venido con los colores de nuestro movimiento, será lo que el pueblo diga”


Camisa a cuadros y pantalón beige. Se abre paso entre la gente para llegar a la escuela Rosa G. de Morillo, al norte de la Capital. Norman Wray, concejal de Quito, llega a su recinto electoral sin mucho alboroto. La gente parece no conocerle. Un poco confundido encuentra su mesa, la 210.

Mientras hace fila para entrar a votar, un hombre delante de él se queja. “Como esto no es de todos, ahí está la desorganización”, exclama y se va. Norman lo mira alejándose y hace una expresión de sorpresa.

Entra, pide su papeleta y se sienta. Hace unas cuantas rayas. Levanta la hoja y sonríe mostrándola para que le tomen una foto. A la salida dos periodistas se le acercan y piden sus declaraciones. “Esperamos que el proceso electoral se desarrolle con normalidad”, dice. Afirma que ha sido una campaña difícil, puesto que él y su movimiento, ‘Ruptura de los 25’, apoyan el NO y, en muchos casos, ha sido una competencia desigual porque han tenido que pelear con los grandes recursos que tiene el oficialismo para convencer a la gente.

“Creemos que la Consulta Popular, desde que fue planteada, no recoge el espíritu de los que se aprobó en el proceso constitucional de Montecristi y por eso apoyamos el NO”, comenta. Dice que a las tres de la tarde se reunirá con sus compañeros del movimiento para ver los resultados y que estarán también observando que el proceso sea transparente. Luego darán una rueda de prensa con todas sus impresiones. Por el momento piensa ir a ver como ejerce su derecho al voto su coidearia Alexandra Ocles que vota en La Condamine.

Se acerca a una niña para que plastifique su documento. Le agradece y se aleja. Entre risas dice: “Sacarán una notita media chévere”. Sube a su Vitara plateado y se despide con la mano.

Sabrina López

Una votación sin percances



“Cumplo con un deber cívico pero le doy un No rotundo a esta consulta”, fueron las palabras del ex alcalde de Quito, Paco Moncayo en las elecciones de este 7 de mayo por la Consulta Popular. Debido a la poca asistencia de las personas, pasó como uno de los primeros votantes. Al momento de su llegada al recinto, entre abrazos y felicitaciones por parte de sus simpatizantes y amigos, se dirigió al patio central del colegio San Vicente de Paúl en el Valle de Los Chillos. Aquí participaron 252 electores aproximadamente, según cifras oficiales.

El patio de esta institución se llenaba de participantes. Unos cuantos vendedores ambulantes fueron sacados por la Policía Nacional por tratar de "hacer una feria" cuando llegó el ex Alcalde. “No ha habido ningún percance en estas elecciones, a pesar de los vendedores, don Paco no ha sido evidente cuando llega”, dijo Pedro Ramírez, miembro de las Fuerzas Armadas, encargado de la junta 28.

Después de haber votado, “don Paquito”, como le dicen sus amigos del barrio, se encontró rodeado de un grupo de 9 personas, quienes conversaban entre risas de las decisiones que habían tomado para los sufragios. “El Presidente cometió un error gravísimo al haber sido inscrito como actor político” acotaba mientras llevaba a su cabeza una gorra blanca con la palabra NO en el centro.

Al ver la presencia de "don Paquito", Marlene Ñacato dijo sentirse decepcionada al ver que el mejor Alcalde que ha tenido Quito, está votando por el No, en vez de apoyar a un cambio que ayudaría a todo el país. A pesar de su testimonio, Marlene se acercó a darle un fuerte apretón de manos al ex Alcalde.

“Sólo espero que la gente haya reflexionado acerca de su voto y tome la mejor decisión”, dijo mientras se despedía de sus seguidores. Al salir, recorrió con su familia varios puestos de comida en las afueras del plantel. Dos hermanas del colegio Giovanni Farina, al ver salir a "don Paquito"sonrieron y se hicieron a un lado. "Yo creo en Dios y ahora más en el Presidente", dijo la hermana Elvia Inés Montesdeoca, de 48 años.
Johanna Proaño M.

Expectativa en el voto de Jefferson Pérez



Sábado 7 de mayo, la gente esperaba con impaciencia la llegada del marchista ecuatoriano Jefferson Pérez. El día estaba nublado. Cuenca esperaba consulta popular. Eran 8:30 en la escuela Abelardo Tamariz Crespo en el sector de Totoracocha, al norte de la ciudad.

Llegó con una chompa azul junto a su hermano Fabián. “Ya llegó Jefferson” se escuchaba a lo lejos. Periodistas y curiosos se acercaron corriendo para ver a su idolo.

“Viví en Totoracoha 15 años, siempre he votado en el colegio Herlinda Toral que queda dos cuadras de mi casa, es la junta más grande de Totoracocha. Esta es la primera vez que vengo a ejercer mi derecho al voto, en la escuela Abelardo Tamariz” comentó.

Jefferson es educado a la hora de hablar, cree en una política social aunque le incomoda hablar del tema, drástico en su manera de pensar, es considerado un referente de la opinión pública.
Hombre libre a la hora de expresar lo que piensa, perseguido por el cariño y afecto de las personas a donde vayan. “Soy un monumento que faltaba mantenimiento, agradezco al artista. No soy actor político ni nunca lo seré” manifiesta.

Transparente al comunicar su posición actual, dice “no tener dependencia con Banco del Pichincha y que el señor José Chamba no tiene ninguna relación laboral con él”.
Terminó la jornada de votación para el marchista olímpico a las diez de la mañana, sufragó mostrando con agrado su papeleta y se despidió agradeciendo a sus simpatizantes y diciendo un “NO” a la consulta popular.

Ana Cordero

36.850 militares vigilaban las urnas electorales



Sábado 7 de mayo. Consulta Popular. Quito amaneció despejado. No iba a llover.

El día comenzó de forma trajinada para el cabo Elías Ushiña quien estaba despierto desde las 6:00, listo “a dar todo para que no haya fraude”. Su puesto, el Colegio Giovanni Farina en el Valle de Los Chillos. Es de Manta pero vive en Machachi, tiene 19 años y no sabe todavía si quiere votar. “Aquí me tienen desde el jueves de noche, yo cumplo las órdenes de mi Mayor”.

Elías es uno de los 36.850 militares que brindaron seguridad el día de la consulta y referéndum a nivel nacional, según informaron las autoridades de las Fuerzas Armadas.

 No muy lejos de ahí, en la parroquia de Alangasí, se encontraba el Mayor Luis Roldán, oriundo de Loja, quien estaba a cargo del recinto Teodoro Wolf, “Estamos 20 uniformados, no todos somos de aquí pero el amor a la Patria nos lleva donde sea”.

Eran las 11:00 y en Alangasí el sol comenzaba a quemar. Se sentía el olor a hornado, a fritada y a chochos con limón, pero ninguno de esos hombres de verde podía salir a comer. “Ya hasta suena la barriga del hambre”, decía el cabo Oscar Cojimbo, mientras vigilaba la mesa 13.

Para Esteban Ruiz, cuidador, el operativo de seguridad fue una "gran ayuda porque la gente esta más ordenada"

Eran las 14h00 en la Escuela Fiscal Tarqui, al sur de Quito, y el Mayor Cristian Arboleda vigilaba a sus “muchachos”. Eran 16 conscriptos y 2 oficiales, todos quiteños. “Nuestra labor es vigilar que no existan irregularidades en el momento de la votación y después, todos saben claramente lo que tiene que hacer”.

La gente entra y sale del recinto. Una fila de ojos, dueños de fusiles los observan, atentos a cada movimiento. “Ya vámonos de aquí”, gritaba un niño pequeño mientras halaba a su madre, un conscripto lo veía y abrazaba a su fusil.

A las 17h00 la jordana electoral terminó, pero su trabajo no. "Todavía debemos ir al conteo de votos" decía 

Alicia Larrea.

“16 años bastan”

Leen, miran, dudan y responden. Un cartón blanco pegado a un pupitre verde agua cubre a aquel que llega a ejercer su derecho al voto. Uno tras otro se sientan y muchos procuran que nadie vea lo que responden.

Raya rápidamente, retira su papeleta de votación y se aleja. Para Bryan Velasteguí de 16 años de edad, la Consulta Popular no es importante, “yo solo vine a votar porque me dijeron que si no lo hago me van a multar”.

Guarda su papeleta en la billetera y se aleja feliz junto a su hermano después de haber cumplido con su derecho al voto.

“Yo respondí Sí a todo porque soy partidario de Correa”, afirma Sebastián Ruiz de 17 años. Además, dice que se debe apoyar a Rafael Correa ya que el “país necesita un cambio”.

Una familia acompaña a su hijo, Stalin Vera de 16 años, a que vote en la mesa 209 del recinto Escuela San Antonio del Alvernia, al nororiente de Quito. La empadronadora le da la hoja donde están las preguntas y luego de leerlas responde con cierta inseguridad.

Después de depositar la hoja en la urna dice que no tenía mucho conocimiento de lo que trataban las preguntas y que solo estaba 100% seguro de la pregunta 8 que trata sobre la prohibición de matar animales en espectáculos.

“Es importante que nosotros no estemos privados de dar nuestra opinión”, afirma con una expresión de satisfacción Carla Vásquez de 17 años luego de haber sufragado en la mesa 202 del mismo recinto.

Además, dice que con sus profesores, amigos y familia trataron el tema de la Consulta Popular y analizaron cada una de las preguntas para que en el momento de votar lo hagan conscientemente.

Mientras muchos jóvenes ejercen su derecho al voto, en las calles de Quito el tráfico es un caos. Los carros pitan seguidamente y sus choferes desesperados e insultándose unos con otros quieren llegar rápido a sus casas. Algunos aún no votan, pierden la paciencia mientras el sol quema sus rostros.

Verónica Vásconez V.

Una hora para ir a votar

Sábado 7 de mayo. Consulta Popular. Los habitantes de la Comunidad Tsáchila de Santo Domingo de los Colorados hicieron un viaje de casi una hora desde sus Comunas en el kilómetro 9 de la vía Quevedo hasta los recintos electorales.

A las familias ‘coloradas’ Agüavil, y Calazacón les tocó votar en los colegios Julio Moreno Espinoza, Pio XII, y escuela 9 de Octubre. Francisco Calazacón y su señora Isolina Calazacón salieron de su casa en la Comuna Chigüilpe a las 8:00. Les tomó 10 minutos salir desde la Comuna hasta la vía a tomar el autobús, y “50 hasta llegar al centro”.

A las 10:00 la pareja regresó a su casa, ya más relajado y sin camiseta, Francisco confesó haber votado NO. “Vote por él para Presidente pero ya no confío”. Sus 2 hijos acababan de salir a votar, y los habitantes de las 8 Comunas Tsáchilas del sector seguían llegando, se encontraban, dialogaban sobre su voto y empezaban a caminar de regreso a sus casas.

A diferencia de la Comuna Chigüilpe, la Peripa tiene su propio recinto electoral, pero el problema de este es que “queda en Puerto Limón a 15 kilómetros de distancia, más lejos todavía”, según Francisco Calazacón.
A las 9:00 la Comuna Peripa lucía solitaria. Las casas de madera y techo de paja toquilla de la comunidad, donde se realiza cada año la “Fiesta del Kasama” o “Nuevo Amanecer”, estaban vacías.

Este día de votaciones los ‘Colorados’ solo salieron por votaciones. Francisco Calazacón suele ir al “pueblo” cuando le es estrictamente necesario, para hacer las compras de la casa, comprar algún abono o químicos para sus cultivos. Para llegar a la Comuna Chigüilpe hay que tomar la Vía Quevedo, al llegar a la altura del km 9 girar a la izquierda y adentrarse 500 m hasta las primeras casas Tsáchilas.

Saliendo hacia la parada de bus iba Irma Agüavil desde su casa en Chigüilpe. Usaba una blusa rosada y la falda de colores o chumbillina que la identificaba como mujer Tsáchila. A las 11:00 salía a votar en el Colegio Julio Moreno Espinoza. “Voy a votar SÍ porque quiero que todo mejore”, decía Irma.

Jessica Orellana

Abran paso a la ambulancia

                                                                   Grupo de personas reclaman atención en el Registro Civil                          Foto:Nathaly Maya

Una niña de seis años cayó desde una pared de dos metros a las afueras del Registro Civil, norte de Quito. Sus padres la descuidaron porque estaban preocupados por sacar las cédulas que les permitirían votar.

Mercedes Tabascano, quiteña de 37 años, con el rostro bañado en lágrimas subió a la ambulancia de la Cruz Roja. Dos paramédicos llevaban a su hija Jacqueline en una camilla. Su nariz estaba desviada, sus dientes teñidos de sangre, sus mejillas eran como un lienzo donde el color rojo predominaba sobre su tono rosa. La pequeña no dejaba de llorar y su madre tampoco.

Ese fue el escenario del mediodía del 7 de mayo en las puertas del Registro Civil, ubicado en la intersección de las avenidas Amazonas y Naciones Unidas. Edison Tabascano, tío de Jacqueline, era una de las 30 personas que exigían que se les atienda a pesar de que no había turnos desde hace dos horas. Su preocupación era la multa de USD26.40 que se aplicaría por no votar.

Pues, media hora antes, Marco Gutiérrez, supervisor general del Registro Civil, se puso en medio de los dos militares que custodiaban la puerta y anunció: “La capacidad es de 1500 personas, por eso no hay atención. Ayer, 3500 cédulas se entregaron hasta las 9 de la noche. No podemos poner tres litros de agua donde sólo entran dos”. La multitud lo escuchaba atenta. En ese momento de tensión se añadieron dos militares al control.

“Nos dijeron que atenderían hasta las cinco de la tarde. No sean mentirosos”, dijo angustiada Maribel Arévalo. “Qué vamos a hacer si nos cobran la multa, no podemos pagarla”, manifestó Edison Tabascano, mientras Jacqueline, con curiosidad, tomaba su mano sin saber que más tarde sufría un accidente.

A Edison no le agradó la idea de que su sobrina esté entre la multitud, pues parecía que en cualquier momento intentarían entrar a la fuerza. Jacqueline se hizo a un lado y se arrimó a la pared que dividía la puerta principal del Registro Civil con la puerta de salida, en la planta baja. Dos policías más se sumaron al control de la muchedumbre. No se dejaban de oír reclamos, sin embargo, el llanto de Jacqueline surgió como un grito en medio del silencio.

Redacción Nathaly Maya

“NO quiero más bono necesito un trabajo digno”

Una a una movía las manos para comunicarse con sus dos hijos, Daniel y David .María Note. Madre soltera de 38 años. Nació sordo-muda, y a pesar de su discapacidad sustenta económicamente a su hogar.

Eran las 7:00 y el sol empezaba a reflejar los primeros rayos en las afueras del Colegio Experimental 24 de Mayo. Al frente de un par de puertas negras, aguardaba sentada la familia Note, junto a un pequeño puesto de madera y metal, donde esperaban que la gente plastificara las papeletas de votación.

“Venga, venga que aquí le ofrecemos el auténtico y único plastificado resistente, para la damita y el caballero, que no se quema ni se moja”, gritaba David emocionado cuando se acercaba un grupo de personas. Entre risas, los ciudadanos empezaban a concentrarse en el puesto. María los recibía con una gran sonrisa en su rostro. La mujer observaba detenidamente a cada cliente, leía sus labios, para así atenderlos con rapidez. Cada vez que alguien se despedía, la mujer inclinaba hacia delante su cabeza como gesto de agradecimiento.

Cerca de las 8:00 María sacó un pliego de papel blanco, donde tenía escrita la frase “NO te niegues a ser feliz”. La gente se acercaba curiosa preguntándose porque María hacia campaña por el No. Daniel explicaba que la decepción de su madre “se debe a que han pasado más de cuatro años del gobierno de Rafael Correa y continuamos viviendo con 80 dólares al mes y mi madre ya está harta de recibir bonos del estado, simplemente espera un trabajo digno”.

Día tras día, la familia Note recorre las calles de la Mena 2 al norte de Quito. De puerta en puerta intentan vender a 1 dólar cajas de manjar de leche que fabrica María. “Las ventas nos permiten vivir con las justas, y en algunas ocasiones no alcanzan ni para comer” explica David con una mirada triste.
Horas más tarde, María contó las ganancias del día. Abrazaba a sus hijos, estaba alegre, habían ganado 150 dólares. En un papel María escribió “por lo menos que la ‘bendita consulta’ sirva para algo”.

Fernando Guevara.

“Un hornadito completo seño”

Los dorados rayos de sol penetran las blancas nubes dispersas en el cielo e iluminan los techos de las casas de la capital. Las calles parecen estar inundadas de carros que circulan a pasos de tortuga mientras que en las veredas las personas caminan apresuradas y enrojecidas por el calor. Ellos son algunos de los ecuatorianos que asisten a una de las 29 000 juntas electorales en el país para realizar las votaciones por el Sí o el No en la Consulta Popular 2011.

Una delicada brisa acaricia las ruborizadas mejillas de María Rosa Yuqui, vendedora de comidas típicas, mientras revuelve la olla llena de hornado con la que esta mañana “intentaría conseguir ganancias”. A sus costados, otros siete puestos de venta de comida esperan ansiosos por servir a la “damita” y al “caballero” un plato de hornado con tortillas de papa, fritada, mote con chicharrón, papas con cuero, cevichocho, espumilla, maduro asado, mango con sal o una funda de algodón de azúcar.

Por tres dólares, María Rosa realiza otra venta de un ‘combo completo’. “Vine a las siete de la mañana porque hay que aprovechar el día que se vende bien”, comenta mientras sirve el plato. Ella explica que debe votar en Salcedo pero que prefiere quedarse en Quito y no votar para no perder las ventas como lo hicieron muchas de sus compañeras.

A la voz de “venga venga que sí hay el hornado calientito” las cansadas vendedoras llaman a sus clientes mientras frente a sus puestos se acomodan las personas que esperan degustar las delicias que cada año se ofrecen frente a los recintos de votación. El ambiente huele a las mezcla de alimentos, a una combinación de aceite, refrito y sudor que se opacan con el humo de los carros.

La tarde va cayendo y el brillante sol empieza a desvanecerse, por lo que María ya no tiene que mantener los ojos entreabiertos. Se lleva a la boca un pedazo de tortilla con los dedos, los que luego se limpia en su blanco delantal mientras observa un periódico en que titula “hoy se define la consulta popular”.

Las personas han empezado a retirarse y las calles comienzan a tornarse desoladas. Otros vendedores ya han cerrado sus puestos de venta y han guardado la comida que les sobró en tarrinas o fundas. María y su esposo permanecen frente al “pensionado Borja 3” hasta “más tarde” cuando se enteren de los resultados finales de las votaciones. El ambiente se ha viciado de incertidumbre y soledad. “El país está esperando los resultados para ver si se puede reír o llorar”, comenta María Rosa.

Carla López Oviedo

“Tocará pagar la multa, es más el gasto de ir y regresar solo para votar”



Freddy Ramírez, gritaba desde la puerta de su local: "lleve ceviche manabita a dos dólares". Entre las calles la Florida e Ibayas, al norte de Quito, se ubicaron desde las 08h00 con su esposa Karen Rosado, oriunda de la provincia de Manabí, a las afueras de su local "El Frigorífico del Pacífico", querían aprovechar la mañana y tarde del 7 de mayo de la Consulta Popular 2011, para sacar unos dólares extras. Las ventas del día de ayer fueron bajas, "solamente cinco dólares fue la ganancia", dijo Ramírez.

Un pedazo de cartón fue puesto por Ramírez en una de las patas de la mesa verde, donde estaban las tarrinas de ceviche de camarón, mantequilla blanca y manjar de leche. Mientras Karen cortaba un pedazo de queso y su esposo anotaba en una agenda café lo que acababa de vender, su hijo Diego, de tres años jugaba con una de las tapa de plástico de los ceviches.

La gente que subía por la calle Florida, se acercaba al local no solo para comprar los ceviches, si no para preguntar dónde era la Escuela Rosa de Murillo. Carlos y Andrés Flores con aliento a licor y tabaco, se acercaron al local diciendo: "Seño, deme cuatro ceviches y dos langostino para llevar", mientras conversaban de la borrachera de ayer, Ramírez alzaba la tapa del congelador para sacar los dos langostinos, un fuerte olor a mariscos salió. Su hijo con el seño fruncido y tapándose la nariz le decía a su padre: "guacala papi, huele a pez". A dos casas del local se escuchaba la voz de Pablo Villagómez "se emplástica a 0.20 centavos".

Luego cuatro horas las ventas iban bien, de 30 tarrinas de ceviche quedaban solo nueve. Su vecina Gloria llegó con su hija a comprar dos libras de chamarón, se sorprendió al ver que Karen y su esposo seguían en Quito. "¿Porqué no fueron a votar?", preguntó Gloria. Con su rostro enrojecido Karen respondió a su vecina: "La venta de ayer no fue buena". Prefería quedarse trabajando con su esposo y presentarse en la Escuela Rosa de Murillo, a dos cuadras de su local, para recibir el certificado de presentación, "tocará pagar la multa, es más el gasto de ir y regresar solo para votar.

Natasha Von Lippke